jueves, 4 de junio de 2015

Trasfondo/ Historia Raglathor, el brujo loco de Twitter.


Pequeña historia para el personaje de Rol

Sé que no es la mejor, peor ha sido divertida de relatar ^^ 



-Te mira con sorpresa al escuchar tu pregunta- Mi historia? -asiente lentamente- si... puede que ya sea hora de arrojar un poco de.. luz -ríe por lo bajo- hacia mi persona.

La figura encapuchada hace una pausa y se acomoda en su silla mientras una mano enfundada en guantes acaricia suavemente la jarra de cerveza intacta que había pedido.

Mi nombre es Raglathor Miz'Rry -hace una inclinación de cabeza- y en otros tiempos fui conocido como uno de los tres grandes magos del reino de Lordaeron, dudo que te suene pues de ello hace cientos de años -ríe nerviosamente- puede que ahora te parezca extraño pero lo irás entendiendo a lo largo de mi relato, no te preocupes -te dice con un tono irónico y con su áspera voz-.

Como iba diciendo, al formar parte de los tres grandes magos mi poder era reconocido por todo Azertoh y mi nombre temido para aquellos que osaban enfrentarse a mi reino, pero todo tiene un fin -su voz se empieza a silenciar poco a poco, cosa que provoca que un escalofrío recorra tu columna- La tercera guerra.. la guerra contra la Plaga comandada por el Rey Exánime Arthas -escuchas un gruñido que intentaba ocultar- maldito sea su nombre.

Notas como la mano que acariciaba la jarra ahora está en tensión cogiéndola por el mango intentando reprimir una ira que no paraba de crecer dentro de aquella figura encapuchada y cubierta por una capa.

Arthas era el príncipe de Lordaeron antes de que la maldición lo consumiese, claro, pero eso es otra historia-notas como sus piernas están en continuo movimiento, algo le inquietaba- Nos atacó aquella fría madrugada de primavera, yo estaba de guardia y la primera oleada de ataque fue destrozada por mis hechizos, todo iba bien, pero a cada soldado o civil que moría, se unía a las filas de la plaga -sacude la cabeza- no comprendía semejante poder... no pudimos hacer más y Lordaeron cayó ante Arthas... yo incluido -se quita la capucha mostrando una cara esquelética con la piel comida y blanquecina, no tenía ojos o al menos eso parecía; al ver su rostro instintivamente retrocedes cayendo de la silla a lo que el no-muerto ríe de buena gana- vamos, vamos, que no muerdo -tras lo cual se quita la capa y se coloca un yelmo en la cabeza.

Tras el susto, te recompones, ajustas tu armadura y te vuelves a sentar a su lado, tenías una misión que cumplir, y para ello, debías escuchar a ese ser.

Bien-su faz hace una mueca que puedes interpretar como una sonrisa- prosigo; como bien he dicho, todo aquel que caía renacía bajo el mandato de Arthas y yo no fui una excepción, aunque gracias a mi poder en vida conservé mis conocimientos y no me convertí en una masa de carne podrida y descerebrada. El rey exánime lo sabía y me instruyó tanto a mí como a todos aquellos que fuimos poderosos en vida en el arte de la nigromancia y la demonología... y el poder.... -ves como dirige su mirada hacia el techo- ese poder es algo que ningún vivo puede experimentar jamás.

Serví a la plaga porque me controlaban y cuando Arthas fue debilitado y los más poderosos pudimos escapar a su control, nos dimos cuenta de los horrores que habíamos cometido. Créeme, no es agradable. No teníamos un reino al que servir, no teníamos a nadie que nos respaldase, todos querían nuestra extinción por haber servido a la Plaga aunque sea sin nuestro consentimiento pero ahí estaba ella -hace una pausa para dar un sorbo a la jarra de cerveza que llevaba intacta desde que entrasteis en la posada- Una alma en pena que Arthas había convertido... Sylvanas Brisaveloz una forestal de alto poder en vida, pero en la muerte, un espíritu en busca de venganza... nos unió a todos... nos dio fuerza, nos dio coraje y volvimos a Lordaeron... Creamos Entrañas a partir de las catacumbas de mi antiguo reino y nos instalamos ahí...

Podría seguir durante días contándote nuestras hazañas, nuestras pérdidas y todo lo que quieras, pero creo que ya es hora de terminar mi relato -suelta una risa- por ahora.

Me convertí junto a varios de los antiguos magos más poderosos de Azeroth en un brujo al servicio de la reina alma en pena, me entregué a las artes oscuras aprendidas cuando formaba parte de la Plaga y las perfeccioné, fuí uno de los fundadores de la Sociedad Real de Boticarios y soy uno de los miembros más... digamos que sádicos -suelta otra risa nerviosa y eso te incomoda-

Finalmente los renegados, como nos gusta llamarnos, establecimos un pacto con la Horda de beneficio mutuo -al oír eso te pones en guardia y desenfundas tu espada, la Horda era tu enemigo, a lo que el brujo solo responde con una risa- Pero soy únicamente fiel a Sylvanas. Y una última cosa amigo mío -hace una pausa muy larga- No me gustan los vivos...

Ciertos minutos más tarde una figura sale de una vieja posada que se encuentra en llamas y destruida, mira hacia los lados, suelta una sonora carcajada y se adentra en el bosque...



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